domingo, 27 de julio de 2014

La astronomía motivó a Arturo Carvajal a crear su observatorio

Redacción Tecnología

 

 

 

 

Su afición por el espacio le llevó a construir un observatorio astronómi­co en su casa, en 1996. El centro de investigación tiene telescopios, binoculares y cámaras. Y lo utiliza cada vez que ocurre un acontecimiento importante en el Universo.

 

Se trata de Arturo Carvajal, ingeniero mecánico, magíster en Astronomía y Astrofísica, y docente universitario. Se graduó en la Politécnica Nacional en 1969 y fue parte de la cuarta promoción de ingenieros mecánicos en el país. A pesar de la carrera que estudió, no se separa de la astronomía.

 

Sentado en el patio de su casa, recuerda que hace 18 años sus inquietudes por la ciencia le llevaron a investigar sobre el espacio. Por eso compró un libro que detallaba, paso a paso, cómo crear un observatorio.

 

"Al inicio no utilicé ningún equipo en especial, ya que solo necesitaba un mapa del cielo, una linterna con luz roja y un espacio amplio para observar las constelaciones y estrellas".

 

Después de conocer las dimensiones del cielo utilizó binoculares, porque necesitaba encontrar cosas más detalladas como los cúmulos de estrellas.

 

Cada observación que realizaba la registraba con el fin de poder estudiarla. Sin embargo, cuenta que en el año 2000 se dio cuenta de que necesitaba una formación más amplia sobre esta ciencia. Buscó un curso de astronomía en Australia y lo siguió a través de Internet durante tres años.

 

Carvajal recuerda que estudiar a distancia significó un reto, ya que debía realizar conferencias múltiples con profesores en Australia. "Por la diferencias de horario, me conectaba con mis compañeros y maestros a las 02:00".

 

Cuando realizaba su tesis de masterado se encontró con datos que posiblemente explicaban su gusto por la astronomía.

 

Mientras investigaba sobre la astrofísica en el Ecuador, en el Observatorio Astronómico que funciona en Quito encontró el dato de que su abuelo, de apellido Rousseau, fue director de esta institución en 1920.

 

En el 2005 se desvinculó de sus compañías de ingeniería en mecánica y salió del mundo de los negocios y los contratos para dedicarse a la astronomía.

 

Durante su experiencia como astrónomo aficionado en el 2007 inició uno de los proyectos más importantes: la construcción de un observatorio astronómico robotizado.

 

La idea de este proyecto es que sea móvil y se pueda colocar en cualquier parte del mundo y que en el momento de conectarlo a Internet pueda ser manejado de forma remota.

 

Carvajal comenta que realizó un trabajo en conjunto con el Observatorio de París. La investigación la realizó con el astrónomo Bruno Sicardy, experto en atmósferas de planetas. El estudio consistía en ver la atmósfera del planeta Plutón desde Quito. Así que el astrónomo, junto con Sicardy, colocó equipos en su casa y en la zona de Jerusalén. Sin embargo, la observación no se pudo realizar ya que el cielo de Quito se nubló esa noche.

 

Carvajal realizó observaciones diarias durante siete años consecutivos. En la actualidad recoge datos, pero solo de acontecimientos que considera importantes. En ocasiones lo hace con sus alumnos.

 

Las fotos que ha registrado las comparte con un grupo de 120 aficionados a la astronomía, que ha conocido durante conferencias dictadas en las ediciones del Campus Party.

 

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