A partir de las 17:45, unos 40 deportistas amateurs empiezan a reunirse en uno de los sitios emblemáticos de la parroquia de Cumbayá. Se trata del parque central, ubicado entre las calles Juan Montalvo y Francisco de Orellana. Se bautizaron como Chaqui Runners, haciendo referencia al Chaquiñán, sitio de esparcimiento y deportes para los habitantes del valle de Tumbaco y también de Quito. Cuando transitan por las calles, no pasan desapercibidos, ya que su vestimenta deportiva los delata.
Calentadores, camisetas blancas con su nombre e insignia, rodilleras e incluso gorras y gafas son parte de su vestuario. En sus brazos tienen dispositivos para medir la resistencia y la quema de calorías. Otros prefieren sus celulares inteligentes con ‘apps’ que indican su rendimiento. Adicionalmente, las botellas de agua y las pequeñas toallas complementan su ‘look’. La mayoría viene caminando y otro grupo lo hace en sus vehículos. Al llegar, no se hacen esperar muestras de agrado y abrazos entre los miembros del grupo.
Todos se saludan y conversan sobre sus trabajos o estudios. “Somos como una familia”, aseguran. Alrededor de las 18:05, la actividad se inicia. Los entrenadores reúnen a los asistentes para darles indicaciones. La rutina es sencilla. Comienza con el estiramiento de piernas y manos. Esta actividad, generalmente, la hacen en los extremos del parque o alrededor de la pileta central. Luego, se alistan para correr por varias calles del sector hasta llegar a El Chaquiñán, hasta el kilómetro 7. La tarde se va ocultando y la oscuridad de la noche cobija la parroquia. Esto no parece importarles. En medio de las luces del parque y de las miradas de peatones y conductores que transitan en el sector, los asistentes realizan, sin parar, sus ejercicios. Lo importante es tener una buena salud. Luego de varios minutos de ejercicios, varios se hidratan. Mientras realizan la jornada conversan y hacen nuevas amistades.
Una de las moradoras que acude al parque es Sandra Bustamante. Lleva un mes asistiendo. “Me ayuda a quitarme el estrés y me divierto”. Para ella, la utilización de este tipo de espacios es positiva porque es una forma de convivencia. Además, se ejercita en contacto con la naturaleza. “Es la mezcla perfecta: deporte y amistad”. chaquiñanAmpliar En esto coincide Pablo José Molina, de 20 años. Este joven se animó a acudir a este espacio por sus amigos, que son los entrenadores. Estuvo desde que se inició el grupo. De eso ya son unos tres meses. Para este estudiante de Ingeniería de la Universidad San Francisco, es motivante entrenarse en colectivo, porque pasas rodeado de tus amigos. El grupo Chaqui Runners está conformado por jóvenes y también familias, madres con sus hijos pequeños y adolescentes que viven cerca. Uno de ellos es Oliver W. Este muchacho de 14 años confiesa que su llegada fue casual. La mamá de una de sus compañeras le contó sobre esta actividad. Le interesó y acudió inmediatamente. “Estaba un poco aburrido con el entrenamiento de fútbol, por lo que decidí apostarle a esta actividad”.
Desde ahí no ha parado de asistir. Son dos semanas y espera quedarse por un buen tiempo. Los principiantes corren cerca de
No hay comentarios:
Publicar un comentario